martes, 13 de agosto de 2019

Un proyecto para el pueblo: Por una democracia radical


PREÁMBULO.

Se entiende por democracia radical como el más sentido puro y estricto del concepto de democracia. El Gobierno del pueblo, el pueblo como poseedor del poder. Esto exige la emergencia de una nueva cultura política participativa, donde se entienda que la democracia no solo consiste en votar cada 4 años. La democracia son los Derechos Humanos, las libertades civiles, la libertad de amar a quien quieras independientemente de su sexo o género, la participación política plural y libre, la manifestación pública de ideas y opiniones, la protesta pública, poseer una vivienda digna, los servicios públicos, la transparencia de las instituciones. La defensa de la pluralidad política, cultural y social como base y pilar de la sociedad. El rechazo firme y el combate activo a cualquier tipo de autoritarismo y totalitarismo, fascismo, neofascismo y sesgos fascistas de organizaciones, partidos políticos y cualquier tipo de actor individual o colectivo. Ser demócrata está unido de manera indisoluble con ser antifascista.

Es necesario abrir la democracia más allá de la representatividad. Apostar por una democracia participativa en la cual todos los ciudadanos puedan participar de manera directa en asuntos de importancia, siendo este el preámbulo para construir una democracia directa a largo plazo.

Es imprescindible la defensa a ultranza y la difusión de los derechos y libertades recogidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como del derecho humano universal y gratuito al aborto libre y del derecho a una muerte digna a través de la eutanasia.

La defensa de los servicios públicos como bien común, en especial de la sanidad y la educación, las cuales deben ser públicas, universales, gratuitas y laicas, dotadas del total respaldo de las instituciones y de la sociedad civil.

Esto requiere la necesidad de nacionalizar y municipalizar aquellos sectores estratégicos de interés social para ponerlos al servicio de la ciudadanía y no del capital, lo cual requiere también que la banca sea pública.

Debe haber una democratización y apertura de las instituciones internacionales, en especial de la ONU. Necesidad de establecer una gobernanza mundial y un parlamento mundial en Naciones Unidas, así como dotar al organismo de capacidad vinculante sobre los Estados. Necesidad de una coordinación global multilateral en la resolución pacífica de conflictos y de problemáticas globales.

El rechazo a cualquier tipo de nacionalismo y ultranacionalismo, así como frontera. Defensa de la libre circulación de personas – ya que ningún ser humano es ilegal – y rechazo de la mercantilización de esta circulación.

Apuesta por el municipalismo y la autonomía de las ciudades y de los pueblos como espacio de comunidad. Además, una democracia debe defender la vida y, por lo tanto, en ella no caben festejos como la tauromaquia, donde se tortura públicamente hasta la muerte a un animal.

La defensa de la libertad de expresión debe ser primordial. La cual debe ser defendida hasta de nosotros mismos. Extendiéndose la libertad de expresión a todas aquellas ideas, informaciones y expresiones que incluso lleguen a molestar y ofender, ya que esto es parte de la pluralidad sin la cual no existe sociedad democrática.

Se debe democratizar el sistema judicial, mostrando el rechazo absoluto a la pena de muerte como condena. Apostando por la reinserción social de los presos. Así mismo, es necesario que en pleno siglo XXI se elimine la justicia militar y se democraticen las Fuerzas Armadas.

Se ha de garantizar la separación absoluta y total entre el Estado y la Iglesia o cualquier otra institución o entidad religiosa. La religión, al ser un dogma sin ninguna base y por principio democrático, debe ser apartada al ámbito personal. Toda persona tiene el derecho de creer en lo que quiera, pero ninguna institución o entidad pública debe relacionarse con ninguna religión, además de que ninguna religión debe poseer ningún privilegio por su mero carácter religioso. Por lo tanto, las políticas públicas no deben estar influenciadas por ninguna religión.

La democracia debe ser abierta, transparente y participativa, sino no es democracia. Para ello es necesario incorporar mecanismos de acción directa donde, tanto a nivel estatal, como regional y local, ser participe en la toma de decisiones. Por ello, es importante tener un papel clave dentro de las propias instituciones, pero sin olvidar la calle. Es necesario pisarla, protestar, gritar y ser participe en las acciones directas de la gente de a pie, de los anónimos, del pueblo.

No importa el partido político en el que milites, la ideología que defiendas o la bandera que lleves en el corazón, si eres demócrata, antifascista, defiendes los Derechos Humanos y quieres cambiar las cosas, estás en el equipo.

POR UN PLANETA VERDE
POR LA IGUALDAD DE GÉNERO
POR UN NUEVO MODELO SOCIOECONÓMICO
POR LA ERRADICACIÓN DEL RACISMO
POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
EPÍLOGO
UN PROYECTO PARA EL PUEBLO (VERSIÓN PDF)

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