PREÁMBULO
POR UNA DEMOCRACIA RADICAL
Hasta el día de hoy, la Tierra es el único planeta habitable conocido. Nuestro hogar. Un hogar que no sabemos cuidar. Somos la única especie de la Tierra que, a través de un uso lesivo y desproporcionado de la tecnología y de la explotación de recursos naturales, está alterando el clima y deteriorando la capa de ozono. Por lo tanto, esto exige una revisión de nuestro modelo de vida, y, por consiguiente, de nuestro modelo de producción y consumo.
POR UNA DEMOCRACIA RADICAL
Hasta el día de hoy, la Tierra es el único planeta habitable conocido. Nuestro hogar. Un hogar que no sabemos cuidar. Somos la única especie de la Tierra que, a través de un uso lesivo y desproporcionado de la tecnología y de la explotación de recursos naturales, está alterando el clima y deteriorando la capa de ozono. Por lo tanto, esto exige una revisión de nuestro modelo de vida, y, por consiguiente, de nuestro modelo de producción y consumo.
El deterioro del planeta, con aumentos de las temperaturas, de los fenómenos extremos y del nivel del mar, en lo que se conoce como el cambio climático, llevará, si no se toman medidas radicales desde ya, a un planeta en el que la vida tal y como la conocemos llegará a su fin. Se producirán la extinción de especies, la migración de otras, la propagación de enfermedades, el aumento de la pobreza y la desigualdad, la muerte de cientos de miles de seres humanos y, como no puede ser de otra manera, ponernos al borde de la autodestrucción.
Es necesario tomar medidas radicales, como pide Naciones Unidas. Para ello, es necesario una respuesta global ambiciosa. El acuerdo de París, si bien es una buena noticia, no es suficiente. El año 2030 es el punto de no retorno, si para entonces no se han tomado medidas drásticas, los efectos más lesivos del cambio climático serán inevitables. De continuar así, en el año 2050 las condiciones para la vida en la Tierra estarán mermadas.
Esto exige respuestas globales a nivel institucional, con la aplicación de políticas radicales y valientes. Lo único que se necesita aquí es voluntad política. Si bien es cierto, a nivel individual todos y todas podemos y debemos poner nuestro granito de arena en esta lucha común, a través de la concienciación, el reciclaje o el activismo. No obstante, son las empresas y las grandes multinacionales las que producen la mayor contaminación, y, paradójicamente, son éstas a través de su publicidad la que dejan la responsabilidad de la lucha contra el cambio climático en el individuo. Es necesario e imprescindible que las empresas tomen medidas drásticas en la mitigación del cambio climático, ya que son las principales responsables de la contaminación. Por ello, las instituciones deben exigir – por las buenas o por las malas – la implicación real y profunda de las empresas en esta lucha común.
Es necesario poner la vida y la naturaleza en el centro. Priorizar el planeta a la economía. Subordinar la economía a la política. Anteponer la lucha contra el cambio climático, la deforestación y la limpieza oceánica sobre el capital económico. Para con ello construir un planeta verde, que no necesite de combustibles fósiles, y cuya energía se obtenga a través de energías renovables y limpias.
Aplicar medidas profundamente ecologistas, cuyas fuerzas de mitigación y adaptación al cambio climático pasen por la adopción de políticas radicales, como la prohibición de vehículos contaminantes, las restricciones al tráfico, la aplicación de impuestos al diésel, a la gasolina, al carbón, etc., multas multimillonarias a grandes empresas, vigilancia activa institucional sobre la reducción de la contaminación a los principales contaminadores – como las multinacionales –.
Aplicación, tanto a título individual, como a nivel institucional y empresarial, de la triple R: reducir el consumo y la producción, reutilizar aquellos productos que puedan seguir teniendo una utilidad práctica y reciclar aquellos elementos que puedan seguir teniendo una vida útil.
Por lo tanto, es necesario priorizar el planeta y la vida que hay en él sobre cualquier tipo de interés o beneficio económico, privado y/o personal. El futuro del ser humano y de su supervivencia está en su expansión hacia las estrellas, por ello la exploración espacial se hace imprescindiblemente necesaria, pero de momento el único lugar habitable es la Tierra. En nuestra nave que es la Tierra es donde tenemos que poner los primeros esfuerzos, porque sino no habrá Luna ni estrellas que nos acojan.
POR LA IGUALDAD DE GÉNERO
POR UN NUEVO MODELO SOCIOECONÓMICO
POR LA ERRADICACIÓN DEL RACISMO
POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
EPÍLOGO
UN PROYECTO PARA EL PUEBLO (VERSIÓN PDF)
POR LA IGUALDAD DE GÉNERO
POR UN NUEVO MODELO SOCIOECONÓMICO
POR LA ERRADICACIÓN DEL RACISMO
POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
EPÍLOGO
UN PROYECTO PARA EL PUEBLO (VERSIÓN PDF)
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