PREÁMBULO
POR UNA DEMOCRACIA RADICAL
POR UN PLANETA VERDE
La historia de la humanidad es la historia de la discriminación a las mujeres. El patriarcado perdura como estructura dominante de nuestras sociedades, lo cual se traduce en importantes brechas de género en todos los aspectos de la vida humana, desigualdades en el seno del hogar, brecha salarial, violación y asesinato de mujeres simplemente por el hecho de serlo.
Es necesario combatir el sistema patriarcal y la violencia machista a nivel institucional y de manera interseccional – ya que no es igual la discriminación que sufre una mujer blanca de clase alta que una mujer negra de clase baja –, donde se protejan a las víctimas y se eduque en pro de la igualdad de género. Además de establecer políticas que eliminen las diferentes brechas de género, como la salarial, y se intervenga en aquellos espacios donde se reproducen desigualdades de género, como la publicidad, sin dejar la responsabilidad en la víctima. Políticas de erradicación del machismo y de igualdad en todos los sentidos de la vida – haciéndolo con hechos, no con promesas –. Hay que tomarse en serio esta histórica discriminación y dejarse de parches. Así mismo, mostrar el firme rechazo a aquellas medidas, propuestas y/o políticas que conduzcan a la eliminación y/o detrimento de algún derecho de las mujeres o que conduzcan a un retroceso en la igualdad de género. Por ello, se hace necesario rechazar, entre otros, la gestación subrogada, al tratarse de la mercantilización del cuerpo de las mujeres.
No obstante, tumbar el patriarcado exige una revolución, la cual estalló el 8 de marzo de 2018. Se puede hacer mucho institucionalmente y por ello hay que apostar por políticas que conduzcan a la erradicación del machismo y a la consecución de la plena igualdad de género. Pero tumbar el patriarcado exige una revolución. Una revolución liderada por las mujeres, porque es su lucha. Donde los hombres debemos escuchar más y hablar menos, porque para eso tenemos dos orejas y una boca.
Todos los hombres somos machistas porque hemos sido socializados en una sociedad patriarcal y machista, y el primer paso para dejar de ser machistas es reconocerlo y trabajar para cambiarlo. Revisar nuestras actitudes y nuestros actos. Cuestionar nuestros privilegios. Apoyar al movimiento feminista, desde la retaguardia, porque es una lucha de ellas. Escuchar, escuchar y escuchar. Pero el primer paso pasa por reconocer el problema, que somos machistas.
Cada 18 segundos una mujer es víctima de violencia de género en el mundo. Pero la violencia machista es como un iceberg, solo vemos la punta. Es necesario visibilizar toda la estructura, desde el asesinato machista, pasando por la publicidad y el lenguaje sexista, hasta el micromachismo. Lo cual supondría poner en serios problemas la estructura patriarcal.
Como quien escribe esto es un hombre, prefiero escuchar a las mujeres. Demasiado hemos acaparado ya sus espacios. Remito a lo que dije antes, nuestra tarea es reconocer el problema, revisar nuestros actos y poner en cuestión los privilegios que tenemos simplemente por ser hombres. Y escuchar, escuchar mucho más.
POR UN NUEVO MODELO SOCIOECONÓMICO
POR LA ERRADICACIÓN DEL RACISMO
POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
EPÍLOGO
UN PROYECTO PARA EL PUEBLO (VERSIÓN PDF)
POR UN NUEVO MODELO SOCIOECONÓMICO
POR LA ERRADICACIÓN DEL RACISMO
POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
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