miércoles, 21 de agosto de 2019

Un proyecto para el pueblo: Por la erradicación del racismo


PREÁMBULO

Las razas no existen, el racismo sí. Los movimientos antinmigración, nacionalistas y de derecha siguen dividiendo al ser humano en razas, cuando éstas no existen. Así como apostando por purezas y demás terminología racista, buscando el amparo bajo el racismo científico – o más bien racismo pseudocientífico –, el cual ya se usó en épocas del colonialismo europeo del siglo XIX-XX.

Se debe mostrar el firme compromiso en la lucha contra el racismo y por la erradicación de éste, entendiendo que seguimos en un legado de neocolonialismo. El ser humano es diverso, en diferencias que nos hacen iguales. Es imprescindible el combate de ideologías, políticas e ideas que persigan la dinamitación de los derechos de personas racializadas y/o la subordinación de éstas respecto a las personas blancas.

La igualdad plena en todos los sentidos, con la erradicación del racismo, es un derecho humano que debe ser alcanzado, y para ello es necesario llevar a cabo políticas y acciones directas que conduzcan a una sociedad sin racismo.

Es imprescindible apostar por la libre circulación de personas. Ningún ser humano es ilegal. Las fronteras no existen, pero los muros sí. Así como los centros de detención de inmigrantes, los cuales vulneran los Derechos Humanos y deben ser abolidos. Nadie debe tener ningún privilegio por haber nacido en una parte específica del planeta y todo el mundo tiene el derecho de asentarse en el territorio que considere (Art. 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).

Las tragedias migratorias, con seres humanos muertos en las vallas de las fronteras o ahogados en los mares, debe alertarnos de lo que realmente estamos haciendo. Se deben llevar a cabo operaciones internacionales de rescate y conceder asilo, protección y una vida digna a aquella persona que lo necesite. Si los refugiados que llegan a las costas europeas fueran blancos, sería una emergencia de Estado. Por consiguiente, esto no es más que racismo institucional.

No obstante, el racismo está cargado de aporofobia. No molesta que un hombre negro y rico de negocios llegue a un país europeo, el que molesta es el hombre negro y pobre que se juega su vida y la de su familia cruzando el Mediterráneo en un bote. Esto lo aprovechan los movimientos racistas y la extrema derecha para poner a pelear al penúltimo contra el último, cuando el verdadero problema está mucho más adelante, es el capitalista que te explota y el fascista que te ha comido la cabeza a base de bulos.

Es necesario el combate activo del racismo y de su funcionamiento estructural. Además del combate del racismo que tenemos impregnados las personas blancas, lo cual requiere que revisemos nuestra posición y nuestros actos. Así mismo, las sociedades deben avanzar más allá del multiculturalismo, en una apuesta hacia el interculturalismo en el seno de una sociedad sin racismo.

El planeta es de todos y a la vez de nadie. El azar geográfico en el que nacemos no debería determinar nuestro futuro ni nuestra calidad de vida. El absurdo que representa el racismo debe ser erradicado de raíz, sin parches. Para ello se necesita voluntad y valentía política para llevar a cabo las políticas necesarias que nos conduzcan a una sociedad igualitaria y sin racismo, además de eliminar aquellos mecanismos institucionales racistas. También se requiere el grito de la calle y la presión social, porque solo el pueblo salva al pueblo.

POR EL CONOCIMIENTO Y LA CIENCIA
EPÍLOGO
UN PROYECTO PARA EL PUEBLO (VERSIÓN PDF)

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