Primero, y ante todo, mostrar mi solidaridad, mi pésame y mi apoyo a todas las víctimas del cobarde atentado acaecido en Barcelona. Mi agradecimiento a los Mossos d'Esquadra, a la Guardia Urbana, a la Policía Nacional, a la Guardia Civil, al Cuerpo de Bomberos, a los servicios médicos de emergencia y a todos los anónimos que han ayudado a todas las víctimas de este cruel ataque.
Ahora más que nunca lo único que cabe es la unidad y la solidaridad. Unidad y solidaridad que está demostrando la ciudadanía de Barcelona donando sangre y cediendo habitaciones en sus casas a los afectados.
Cautela, paciencia y justicia. Los terroristas serán buscados, serán encontrados y serán juzgados por sus crímenes. Las amenazas globales requieren soluciones globales. La respuesta debe ser la igualdad, la libertad y la fraternidad. La coordinación y el trabajo en conjunto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y del CNI es imprescindible para combatir este tipo de terrorismo. Bombardear no es la solución, es la creación de más odio.
El atentado en España era de esperar, ya lo avisé en alguna que otra entrada anterior. El terrorismo yihadista es una amenaza real y nosotros somos un objetivo. Daesh ha reivindicado el atentado en Barcelona, nuestra respuesta debe ser la democracia. El odio genera más odio. No podemos meter a todos en el mismo saco.
Se trata del primer atentado yihadista en España desde el 11-M. En Madrid sabemos lo que se siente, también lo saben en París, en Niza, en Bagdad, en Berlín, en Londres, en Mosul, en Nueva York y en medio mundo. Ahora más que nunca: unidad, justicia y prudencia.
Abrazos a todos los barceloneses.
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