Han pasado diez días de la matanza terrorista de Daesh en Barcelona y Cambrils. Del primer atentado de corte yihadista en España desde el 11-M. Ahora es el momento de estar con las víctimas, no es momento de banderas. Es momento de agradecer y alabar a los Mossos d'Esquadra y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado por su valioso trabajo, así como a los servicios de emergencia, cuerpos de bomberos y miles de anónimos que han ayudado a las víctimas y a la detención de los responsables. La manifestación de ayer en Barcelona era el momento de las víctimas, no el de los pitos y los abucheos. El momento de la unidad. Sin embargo, ya va llegando el momento de hablar de Arabia Saudí.
Toca hablar de hipocresía. De la hipocresía del Gobierno español y de la Jefatura del Estado. Pero, vamos a empezar por el principio. ¿Qué tiene que ver Arabia Saudí con el movimiento yihadista? Para empezar, en Arabia Saudí se promueve el wahabismo como ideología dominante y rama del Islam, un movimiento salafista que trata de llevar de forma rigorista la religión islámica, y del que bebe el yihadismo y las organizaciones terroristas afines a él, como por ejemplo Daesh. De hecho, Daesh ha llegado a usar en su territorio libros de texto saudíes para la enseñanza rigorista del islam.
Si esto fuera poco, Arabia Saudí financia de forma directa e indirecta a la organización terrorista Daesh. Les financia con nuestras propias armas.
No obstante, no solo Arabia Saudí financia el extremismo yihadista, Qatar es otro país que también tiene lazos con el terrorismo.
¿Por qué no actúan nuestros gobiernos contra ellos? Por los negocios y el petróleo. Priorizan los negocios económicos sobre la propia vida humana. Es repugnante ver a Mariano Rajoy y a Felipe VI ir a una manifestación contra el terrorismo a llorar mientras por otro lado vendemos armas a un país que a su vez da apoyo a los terroristas que nos han atacado. Es repugnante ver como de nuevo el Partido Popular usa a las víctimas como arma política. Es repugnante ver como usan un pacto antiyihadista, criticado por Naciones Unidas, como arma para atacar a una formación política. Es repugnante ver como hablan de bolardos, cuando las armas a los terroristas se las damos nosotros. Intentan echar balones fuera, solo por negocios.
España le vende armas a Arabia Saudí, Arabia Saudí le da esas armas a Daesh, Daesh ataca a España. Es la pescadilla que se muerde la cola. La hipocresía hecha carne. Los terroristas son los culpables, pero nosotros también somos responsables. Si queréis acabar con el terrorismo, acabad con quien les da de comer: Arabia Saudí.
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