Después de un parón de más de dos meses de la actividad del blog regreso, aunque me hubiera gustado regresar con otros fines. Hace cinco años el 15-M, un movimiento social que surgió del fruto de la indignación frente a las políticas neoliberales, germinó un partido político plural. Un partido político que con tan solo año y medio de vida obtuvo más de cinco millones de votos, una excepción en toda Europa. Un partido con una democracia interna consolidada, siendo el partido donde más personas han participado en una consulta interna de toda Europa. Un partido que ha cambiado el modo de hacer política y de gobernar, como se demuestra en los Ayuntamientos del cambio, como Madrid y Barcelona. Un partido que ha conseguido arrancar al Gobierno de Pedro Sánchez los presupuestos más sociales de la democracia, consiguiendo los tan necesarios, y a la vez insuficientes, 900€ del salario mínimo interprofesional.
Sin embargo, a nivel interno Podemos repite los mismos errores de la izquierda internacional: la división. Algo que también evidencia que Podemos aún es una formación joven. En la izquierda, a diferencia de en la derecha, la democracia interna permite el debate y la no correspondencia con los líderes. Por ello aparecen corrientes internas que lleva al surgimiento de debates, el problema es cuando estos debates se descontrolan.
El último episodio en Podemos, con la crisis abierta por el cambio unilateral de estrategia de Íñigo Errejón, es un ejemplo más de la falta de entendimiento dentro del propio arco de la izquierda. Un cambio de estrategia que considero un error, un error meramente temporal, ya que con una consulta a la dirección y a las bases del partido, y poniendo en común la estrategia, esto no habría pasado. Sin embargo, tampoco soy catastrofista, hay una sobreactuación personalista que, lamentablemente, ha magnificado el problema. Un problema que ha surgido, como todo el mundo sabe, porque Errejón, el que era candidato de Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, se ha sumado a la plataforma electoral de Manuela Carmena, Más Madrid, para con ésta concurrir también a la comunidad. Una plataforma electoral, no otro partido político, seamos rigurosos. Este cambio de estrategia, no consultado, es el que ha abierto la crisis. Por lo tanto, el problema de todo esto, y lo que hace incluso más ridículo el asunto, es que las diferencias entre el sector de Errejón y el de Iglesias no son políticas ni ideológicas, sino estratégicas. Comparten el mismo fin.
Tras las elecciones en Andalucía del pasado diciembre, una ola reaccionaria cubre España, donde empiezan a deambular los fantasmas del miedo. La irrupción de la extrema derecha en el panorama político español, con sus ataques públicos a las mujeres y al colectivo LGTBI, hacen peligrar los derechos de todos los ciudadanos, sobre todo los derechos de la mujer, y las propias bases de la democracia. VOX quiere hacernos regresas a las cavernas, donde las mujeres no salgan de la cocina, donde los homosexuales no expresen su condición sexual, donde la izquierda esté en una cárcel y no en un parlamento. Lo peor de todo es que, a diferencia de en Europa, no se le haya hecho un cordón sanitario, y partidos como Ciudadanos y PP hayan pactado con esta ultraderecha, un pacto que vuelve a beneficiar a los ricos en detrimento del pueblo pobre. Frente a este avance ultraconservador, nacional-populista y con sesgos neofascistas, debería haber un frente progresista, feminista y antifascista unido.
Este frente existe, pero no está unido. En las elecciones del próximo mes de mayo nos jugamos mucho. Si en dichas elecciones van dos Podemos, perdemos. Es el momento, más ahora que nunca, de hablar, y eso debe empezar por dialogar dentro del propio partido para gestionar correctamente esa pluralidad. Regresar a esa transversalidad y, por consiguiente, a los orígenes del 15-M, es un imperativo moral. Regresar al Podemos de sus orígenes, independientemente si éste va con sus siglas, en una coalición o en una plataforma de electores. Todos son Podemos. Esa transversalidad es la que ha hecho, por ejemplo, que un amigo mío pase de criticar a Manuela Carmena, votando a C's hace cuatro años, a su intención de votarla este mes de mayo. Eso es la tranversalidad por la que hay que circular.
Podemos ya ha afirmado que apoyará a Manuela Carmena en Más Madrid para el Ayuntamiento de Madrid, pero no lo hará para Íñigo Errejón a la Comunidad de Madrid, por lo que presentará en este último caso una candidatura propia. Esto en mi opinión será un error, no tiene sentido que haya dos candidaturas para un idéntico fin. ¿Cómo la dirección de Podemos defenderá a Más Madrid para el ayuntamiento y no para la comunidad? Frente al avance de la ultraderecha no nos podemos pegar más tiros en las rodillas, debemos ir todas y todos a una. Espero que aún haya margen de acuerdo o perderemos todos.
No deberíamos de estar hablando de esto. Ahora deberíamos de estar movilizando a la abstención. Esa abstención que llevó a doce ultraderechistas al parlamento andaluz. En mayo habrá que parar la ola reaccionaria y eso será posible levantando el culo del sofá y votando a fuerzas progresistas. Ahora más que nunca necesitamos una fuerza progresista y transversal unida, con los oídos puestos en ese 15-M y con los valores feministas de esa revolución que estalló el pasado 8 de marzo. Podemos es más que Pablo, Podemos es más que Íñigo, Podemos es pueblo.
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