sábado, 8 de abril de 2017

Desangrando a Siria


El mundo se muere. Siria se ha convertido en el epicentro del caos, la destrucción y la muerte. La Comunidad Internacional permanece impasible. Los líderes internacionales mueven los dedos solo para intereses propios. No dejan de mirarse el ombligo. Entre toda esta guerra geopolítica, Siria se muere.

Con el régimen genocida de Bashar Al-Assad, que bombardea y emplea armas químicas contra la población civil. Con Daesh y grupos afines a Al Qaeda amedrentando y asesinando. Con EE.UU y Trump bombardeando sin autorización internacional de la ONU, y por lo tanto, de manera ilegal e inútil, al régimen sirio, donde de nuevo se causan bajas civiles. Con Rusia y Putin apoyando al criminal Al-Assad y bombardeando todo el territorio. Con EE.UU y Rusia jugando a los tiempos de la Guerra Fría. Con Turquía proporcionando asistencia a Daesh y bombardeando a los kurdos en el norte de Siria, que son los que más le plantan cara a la barbarie integrista de Daesh. Con todo esto, y lo que falta, Siria se ha convertido en un tablero geopolítico donde las grandes potencias se enfrentan unas a las otras.

En medio, como siempre, la población. La población se encuentra inmersa en un sin fin de muerte. En una guerra que no parece tener límites. En la foto de arriba, podemos observar a un padre con sus dos hijos muertos tras lo que parece ser un nuevo bombardeo con armas químicas por parte del régimen sirio, a la espera de una investigación internacional independiente.

Esto ocurre mientras en Europa les dejamos morir en el Mediterráneo. Les cerramos las fronteras. Nos miramos el puñetero ombligo creyendo que lo nuestro está aquí. Pues mira, no. Lo nuestro está aquí, allí y en todas partes, porque el planeta es de todos, no lo olvides. Lo que pasa en Siria podría pasarte a ti. Los refugiados huyen de esto. Huyen de las armas químicas, de las explosiones, del terrorismo yihadista que pensamos que solo azota a Occidente y no es así. La mayoría de las víctimas por parte del yihadismo son musulmanas.

No obstante, nosotros permaneceremos impasibles mientras Siria se desangra. Seguiremos votando a los mismos que envían a los menos adecuados para bombardear. A los que se piensan que arreglarán esto únicamente a bombazo limpio. A los que nunca saben disparar. Siempre caen civiles. Siempre caen niños. Los daños colaterales no son una opción. Seguiremos apoyando y enviando armas a regímenes que violan los Derechos Humanos, que oprimen y masacran pueblos. Seguiremos lavándonos las manos porque aquí estamos seguros y lo que ocurre allí no nos incumbe y está lejos. 

Que continúe la guerra en Siria también es culpa nuestra. De nuestros gobiernos impasibles e ineficaces, y nuestra. Somos culpables por omisión de socorro. Por no parar de una vez por todas una guerra que desangra a toda una población. Por mantener los brazos cruzados mientras nuestros gobiernos no hacen nada. Dejemos de echar las culpas al resto, la sociedad es la que ha fallado.

1 comentario:

  1. Sin ánimos de anacronismos, Siria sigue siendo hoy día el lugar de encuentro de las rutas de las caravanas, y evidentemente lo digo metafóricamente. Probablemente debido al hecho de haber quedado a salvo de las famosas primaveras árabes, había a toda costa que llevar a cabo esa asignatura pendiente, por parte de los que no supieron hacerlo 'por derecho', y me refiero a los movimientos insurgentes de toda índole y escrúpulo, como por parte de los que se dedican a calentar los ánimos, suministrando intrigas y armamentos según sople el viento, y me refiero especialmente a EE.UU., Rusia, R.U., OTAN, Israel, Turquía, Daesh, etc. etc. etc., dado que ninguno de libra, ni los comparsas de turno como la UE u otros países árabes, incluso Irán. En definitiva, todos tienen algún interés (el que sea y no voy a entrar en eso) y alguna responsabilidad, también Basahr Al-Assad, como no puede ser de otra manera. Dicho esto, sólo quiero aclarar que en el 'Tema Siria' todo es importante, ninguna circunstancia ha de ser obviada, en especial en la estrategia de la guerra de informaciones manipuladas y falsas denuncias, por parte de todas contra todas, y cada una de las partes involucradas, que nos hacen creer a nosotros 'borreguitos' de medios sin escrúpulos lo que les da la gana. Pero en todo esto, en lo que tenemos que fijarnos es en las consecuencias que esto ha producido, que todos han producido, y que es donde está la madre del cordero, y me estoy refiriendo al drama humano, el de las víctimas de los enfrentamientos, el de los desplazados, el de la emigración, el de la insolidaridad, incomprensión y xenofobia en muchos países, incluso árabes. El drama humano que todos ellos, los responsables en menor o mayor medida, es lo que no podemos perder de vista. Independientemente de las victimas inocentes, directas e indirectas, que han causado, siguen y seguirán causando, al margen de los 'lavados de consciencia' que emprendamos, la historia nos pasará factura, y nuestra primera responsabilidad y contribución debe estar en nuestro propio entorno, en nuestra propia sociedad, con nuestros propio ineptos gobiernos, esos que miran para otro lado, mientras contribuyen a la manipulación y a alentar el drama. En España lo deberíamos de tener relativamente fácil, me refiero a comprenderlo, sólo repasemos los dramas de nuestra historia reciente, esa que también tregiversaron y dejaron de mostrarnos como sucedio.

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