martes, 4 de abril de 2017

Acabemos con el terrorismo cambiando nosotros mismos



Hace apenas 13 días el terrorismo golpeaba Londres. Ayer fue en San Petersburgo. Todos los días son en Siria e Irak. La doble vara occidental de medir a los muertos es escrupulosa. El atentado en Londres suspendía las emisiones de televisión, el atentado en San Petersburgo no. Y ya no digo de los atentados en Bagdad, apenas ocupan unos segundos de los informativos.

Daesh sigue vivo, pero agoniza. El Estado Islámico empieza a parecerse estructuralmente más a Al Qaeda que a un Estado. Ellos saben eso, saben que pierden hegemonía y la manera de decir al mundo que siguen vivos es a través de atentados. Conocen la doble vara de medir a las víctimas, por lo que los atentados en Occidente serán más sonados. No hay que olvidar que la mayoría de atentados de corte yihadista se producen en países musulmanes contra musulmanes. Ahora que Daesh agoniza como Estado, sus objetivos terroristas en Europa serán mayores.

No debemos olvidar que en la órbita del yihadismo no solo está Daesh. Al Qaeda, Boko Haram, Al-Shabbaab son solo unas pocas de las decenas de organizaciones de corte yihadista existentes, a lo que hay que sumar los lobos solitarios. Daesh tiende a atribuirse a través de sus numerosos medios y canales de comunicación los atentados de los lobos solitarios como propios, aunque no pertenezcan a la organización. Esta táctica provoca la difusión de su marca, de manera directa, pero también la confusión, de manera indirecta.

Tampoco debemos olvidar que quienes atropellan, disparan y ponen bombas son los terroristas. No debemos olvidar que el culpable es siempre el que da el golpe, el terrorista. Sus acciones son injustificables. Más injustificables cuando se trata de civiles e inocentes. Pero tampoco debemos olvidar que existen responsables detrás. Como ya he dicho más de una vez, Occidente es responsable del peligro en el que nos encontramos. Sus políticas irresponsables en Oriente Medio nos mantienen en esta situación. De lo que se siembra se recoge.

Se avecinan las elecciones francesas y alemanas con la ultraderecha en auge en Europa. Eso Daesh lo sabe y le interesa. Tanto la extrema derecha como Daesh quieren un conflicto de civilizaciones. A Daesh le interesa que la extrema derecha mande en Europa, así como a la extrema derecha le interesa que Daesh golpee Europa.

Podríamos empezar a reaccionar ante esto considerando iguales a todas las víctimas. No hay víctimas de segunda. Ahora que Daesh se asemeja a una organización más que a un Estado, habría que tratarlo como tal. A ISIS le duele más que le quiten su dinero, a que le maten a su líder. Habría que empezar por cambiar nuestras políticas exteriores de bombazo limpio. No acabaremos con el islamismo radical única y exclusivamente tirando bombas. ¿Queremos acabar con el terrorismo? Empecemos por cambiar nosotros mismos.

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