domingo, 6 de noviembre de 2016

Estados Unidos, al filo del precipicio


Dos días para las elecciones estadounidenses que decidirán el futuro de Estados Unidos, y casi con total seguridad, el futuro de todo el contexto internacional. Son unas elecciones que nos conciernen a todos debido al gran peso político y económico de Estados Unidos. Por un lado Hillary Clinton, el establishment, por otro Donald Trump, la ultraderecha. 

Donald Trump, un rico adinerado que se jacta de su machismo, su homofobia, su discriminación a afroamericanos y latinos. Poseedor de un populismo rastrero ininteligible por personas cuerdas. Su persona inspira asco y repugnancia. Un candidato a Comandante en Jefe de uno de los ejércitos más poderosos del mundo. Si Donald Trump es presidente, la seguridad internacional estará en un serio peligro.

Hillary Clinton, el mal menor, pero otro mal. Con la sombra de la corrupción a sus espaldas. Con la sombra de las trampas en sus debates con el demócrata Bernie Sanders, donde ciertos periodistas le pasaban las preguntas antes de dichos debates. El establishment personificado. La chica de Wall Street.

Muchos republicanos que no se sienten identificados con Donald Trump, votarán a Hillary Clinton. No debe haber abstención. La abstención debe ser lo más mínima. Otros candidatos, como Jill Stein, del Partido Verde, inspiran más confianza y mayor simpatía. No obstante, por desgracia, es un partido residual.

Bernie Sanders, el socialista democrático, que peleó contra Hillary Clinton en las primarias del Partido Demócrata, pide el voto para ésta. Hubiera preferido que el candidato a la Casa Blanca hubiera sido Sanders, pero puestos a elegir, deseo firmemente que Clinton sea la próxima presidenta de Estados Unidos. No por ideología, no por simpatía, sino porque la alternativa es el fascismo de Trump. Si yo pudiera votar, estaría por votar o bien a Jill Stein, sabiendo que posiblemente sea un voto tirado a la basura, o bien votar a Clinton para poner mi granito de arena y que Trump no sea presidente.

En dos días sabremos quién es el nuevo integrante de la Casa Blanca. Puede no haber cambio o que el cambio sea a peor. Puestos a elegir, en estas elecciones, me quedo con lo primero. Si Donald Trump accede a la Casa Blanca, ya podemos cubrirnos bien las espaldas, la seguridad del planeta estará en peligro.

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