En la vida todos decimos demasiadas cosas que llegan a un punto que al final piensas que no debiste decirlas. Nos puede pasar el hecho de que advirtamos a alguien de algo y al final nos ocurra a nosotros mismos. La experiencia de la vida da la lección de que hay que tener cuidado con las palabras que se dicen porque se te pueden volver contra tí.
Reírse de las desgracias ajenas es malo. Aunque alguna vez lo hayamos hecho todos. Hay que saber rectificarlo y ser sincero. Es malo, y también puede ser estúpido cuando te ríes de algo que posteriormente te va a ocurrir a tí de una forma incluso agravada. De esto tengo un ejemplo en primera persona que lo podría catalogar como lo más ridículo del mundo.
Por respeto a esta persona, aunque ésta no lo tenga hacia mí, no daré su identidad. Lo contaré como lección. Como anécdota para reflexionar sobre lo que podemos llegar a decir y como podemos quedar en evidencia después. La anécdota es la siguiente:
Un 17 de febrero de 2016, por motivos relacionados con otro artículo que subí a este blog (Este exactamente: Alcohol, drogas y juventud) y que molestó a un cierto sector por alusiones inexistentes en el artículo, por lo que deja entrever que se dieron por aludidos por el hecho de hablar de alcohol y drogas, ahí lo dejo. Una persona, por audios vía WhatsApp, en vez de defender su postura a base de argumentos, lo hizo a base de descalificaciones. Esa persona se sentía valiente por estar rodeada de amigos al hacerlo, dudo mucho que a solas se hubiera atrevido. Tal vez por su calentón u otra razón, acabó burlándose de que estuviera cursando 2º de Bachillerato por parciales, que es repetir realizando únicamente las asignaturas suspendidas en el pasado curso, que en mi caso eran dos. Y además, alardeaba de ir "fenomenal y genial en 'su' 2º de Bachillerato" (ya que también cursaba 2º de Bachillerato). Continuó durante horas a base de burlas e insultos. Pues bien, el resultado final de esta persona ha sido que ha repetido, y deberá (si es que lo hace) ir por parciales con muchas más asignaturas de las que llevaba yo. Moraleja: Cuidado con las palabras que se dicen, porque un día se te pueden volver en tu contra.
Yo ahora entraré en Sociología, en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UCM, mientras que dicha persona recibirá un chute de su propia realidad. No me rebajaré al nivel de esa persona, ni la desearé el mal ni nada parecido, todo lo contrario. Suerte en tu vago descarrilamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario