La carencia de entendimiento entre ambas formaciones ha llevado a que la mesa del Congreso sea mayoritariamente de derechas. Ha llevado a que la presidenta del Congreso sea del PP.
Podemos ofreció al PSOE un acuerdo donde el candidato que pasara a la segunda vuelta de la votación, bien fuera del PSOE o de Unidos Podemos, sería apoyado por ambos. El PSOE rechazo esta oferta, aún así Podemos ha votado a Patxi López para la presidencia del Congreso. Si las cosas hubieran resultado ser a la inversa, el PSOE habría votado en blanco, en lugar de votar a Xavier Domènech. Ese gesto no lo hubiera hecho el PSOE.
El PSOE trata de evitar cualquier acercamiento a Podemos. Mientras Podemos le tiende la mano en repetidas ocasiones, éste se la rechaza. ¿Por qué? Muy sencillo. Cuando dos formaciones de izquierdas donde una de ellas está en descenso como el PSOE, con su peor resultado de la historia, y la otra está en ascenso como Podemos, con más de cinco millones de votos en solo 2 años, el PSOE no quiere mostrar ningún indicio de acercamiento, porque les pisan los talones.
El PSOE está ahora mismo pensando más en ellos mismos que en la gente. Piensan más en no hundirse que en parar los desahucios, derogar la LOMCE, acabar con la privatización de los servicios públicos, subir el SMI, crear empleo digno... El PSOE pone la excusa de no negociar con los nacionalistas. Pero el PP está negociando con los nacionalistas y no pasa nada. ¿Si el PSOE negocia con los nacionalistas en un escándalo y si lo hace el PP no? Es incoherente. El PSOE debe entender que negociar con los nacionalistas no es nada malo.
Cuando hay dos formaciones de izquierdas fuertes, teniendo las diferencias que tengan, y una mayoría de derechas en el parlamento, estas dos formaciones deben ser aliadas. Basta ya de ostias por la izquierda. Siempre a golpes. Hace falta entendimiento para frenar a la derecha y hacer políticas sociales que de verdad sean necesarias para los ciudadanos.
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