Ayer fue París, hoy ha sido Bruselas, mañana podría ser en cualquier sitio. Una cosa está clara, esto es todos los días en Irak y Siria. Condena total sin paliativos al atentado perpetrado esta mañana en Bruselas, la capital de Europa.
Un grupo de perros yihadistas han golpeado a ancianos, mujeres y niños en dos puntos de la ciudad: el aeropuerto más importante del país y un vagón de metro. Por ahora van 34 muertos y más de 130 heridos. Daesh ya ha reivindicado la masacre.
El atentado se produce al día siguiente del ataque contra un hotel de Malí y una semana después del atentado en Estambul. De nuevo Daesh demuestra su debilidad tratando de demostrar su fuerza. Daesh ha querido mostrar que puede matar, pero ha demostrado que ya no da el miedo que daba.
Lo que ha ocurrido hoy aquí, ocurre a diario en oriente próximo. Cada día el terrorismo y las bombas dejan regueros de sangre. Allí no es una novedad. Los refugiados, esos a los que Europa da la espalda, huyen precisamente de lo que ha ocurrido hoy en Bruselas. No permitamos que su odio nos genere odio, logremos que su odio nos genere fuerzas y solidaridad. Fuerzas para luchar y vencer a la lacra del terror. Solidaridad para acoger a todo aquel que huye del terror. Ahora más que nunca hay que permanecer unidos. Ahora más que nunca hay que ser humanos.
No podemos caer en la generalización. Siempre que el yihadismo ataca lo suelo soltar, pero es la verdad. Los verdaderos musulmanes no usan la violencia. Esto es obra de una ideología: el yihadismo, una variante radical y minoritaria del Islam. En todas las religiones, grupos o ideologías concretas, siempre hay fanáticos que la llevan al extremo. Aunque bien es cierto, la religión es una ideología más.
Detrás del yihadismo hay poder. El objetivo: acabar con las culturas occidentales, y alcanzar el poder con la implantación de la Sharia o ley islámica. No se puede obviar que en el yihadismo la parte religiosa es fundamental, pero no podemos generalizar a toda una religión. Igual que con el Ku Klux Klan o los atentados de Oslo en 2011 no se generalizó a todo el Cristianismo. Pero tampoco hay que negar la importancia de la religión, vista desde los puntos más extremos y radicales propios del siglo XV, en los problemas actuales. Hay que separar la religión del terrorismo yihadista, pero no hay que negar que ésta es uno de sus ingredientes. La religión no debe ser intocable, y debe asumir sus responsabilidades.
No es tiempo de tener miedo, es tiempo de unidad y lucha.
Portugal is a Xenophobic Country! DONT GO WASTE YOUR HARD EARNED MONEY$ THERE! Just stating the FACTS!
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