jueves, 8 de octubre de 2015

¿Nos hemos olvidado ya de ETA?


ETA, Euskadi Ta Askatasuna, esa organización terrorista que operaba en España y Francia. Sí, digo operaba porque se podría decir que está prácticamente inoperativa. 

El miedo a ETA a decrecido enormemente desde el anuncio del cese definitivo de la violencia en 2011. Los últimos datos del CIS demuestran que sólo un 0,2% de los españoles ve a ETA como un problema actual, mientras que a un 0,7% le preocupa más el terrorismo internacional.

Pero poca gente ya teme a ETA. Con sus más de 800 muertos provocados en actos terroristas durante más de 50 años, han entendido, y a buenas horas, que el uso de la violencia es absurdo, ridículo e inútil. Con una minoría que les apoyaba, se han llevado el rechazo del pueblo vasco.

¿Cuál era su objetivo? Independizarse de España y Francia. ¿Y que han conseguido? Nada. Han conseguido avanzar más los catalanes a través de la paz y la movilización, que ETA a través de la violencia. Si quieres ser escuchado, guarda las armas y usa la palabra, grita, pero no mates como un perro sucio. Como el perro sucio que fueron los etarras. Asesinos. Todos los demócratas condenamos la violencia, condenamos a ETA.

Desde asociaciones de presos piden que se les acerque a cárceles vascas, el "acercamiento de presos". Es algo que, personalmente, se podría hablar, pero no es primordial. No es ni siquiera necesario. El asesino debe cumplir su pena y reinsertarse en la sociedad. 

A ETA ya no le queda nada. Sin apenas armas. Sin cúpula. Sin jefes, recientemente detenidos. Que no se quejen de que las detenciones "peligran el proceso de paz", la paz llegará cuando ETA caduque y cuando sus secuaces estén entre rejas. A ETA sólo le queda la disolución.

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