lunes, 31 de agosto de 2015

La Iglesia es una secta


La Iglesia, esa gran empresa, cuyo único propósito es controlar a las masas para obtener poder y dinero. ¿Cómo lograr el control? Lavando cerebros. 

Desde los inicios de la historia se ha tenido miedo a la oscuridad, a desaparecer, a la muerte... No eramos capaces de creer que estábamos ahí por azar, entonces nuestras mentes poco desarrolladas tendían a pensar en la creación. Nosotros creamos, pues nos han creado "¿que hay después de la muerte?" se preguntarían y se respondían a si mismo "el encuentro con el creador". Esta creencia se dividió en muchas ramas religiosas que aún perduran y a través de ello controlaban todo. Si la Iglesia dice a una persona que si no hace X cosa ira al infierno, pues esa persona lo hará, es el lavado de cerebro.

Ahora, ¿Porque en España se tiene que dar al año 160 millones de euros a la Iglesia? De dinero público de los impuestos de todos los españoles creyentes o no creyentes, que por cierto, el actual gobierno del PP ha aumentado en un 0,8% el dinero dado a la Iglesia en relación al año 2014, en plena crisis económica. Mientras recortan en educación y sanidad aumentan los ingresos a la Iglesia. Esto se tiene que acabar. Hay que finalizar la financiación a la Iglesia, ni un céntimo más de dinero publico.

Y luego, España es un estado aconfesional/laico, por lo tanto hay que eliminar la asignatura de religión de las escuelas públicas. No más religión en escuelas públicas. Que los profesores de religión son puestos por la Iglesia no por el gobierno ni nada. El que quiera un cura que se lo pague.

Los que me conozcan se preguntarán "Este chaval siempre se mete con la Iglesia, ni que le hubieran hecho algo", bueno, ya con las corruptelas y pedofílias que realizan nos han hecho daño a toda la sociedad. Me meto con la religión porque ella primero se metió conmigo. Todo empezó hará algo más de medio año cuando en plena calle y entre amigos soltamos un "Me cago en Dios", un profesor de religión que pasaba intentó sancionarnos, pero reclamamos y salimos ganando, nos retiraron la sanción y el profesor se llevo una buena bronca desde jefatura. Ahora se me ha pegado decir me cago en Dios, cuando antes no lo decía, y a partir de entonces critico todo lo relacionado con la Iglesia, hasta tal punto que el Opus Dei me ha bloqueado en la página oficial de Facebook.

¡Me cago en Dios!

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