domingo, 29 de julio de 2018

Reinventando la socialdemocracia


Cuando decimos que la socialdemocracia es una rama del socialismo que busca la instauración de éste mediante políticas democráticas y el uso reformista del Estado, nos estamos refiriendo a la socialdemocracia originaria.

Esta concepción del socialismo ha sufrido una modificación a través del tiempo, pero una modificación que la ha degradado. El capitalismo ha tratado de absorber y domesticar al socialismo.

Desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX se forjó el verdadero ideario socialdemócrata, basado en un socialismo democrático, de la mano de Eduard Bernstein a través de su revisionismo del marxismo, tratando de modernizarlo. Es lo que se ha llamado posteriormente como la socialdemocracia originaria o lo que el periodista mexicano Agustín Basave llamará como la primera socialdemocracia, siendo ésta realmente la socialdemocracia.

No obstante, los partidos socialistas y/o socialdemócratas llevaron a cabo una transformación, en lo que se llamó como la socialdemocracia clásica o segunda socialdemocracia. Esta socialdemocracia clásica se dio en el periodo de mediados del siglo XX hasta los años 70, donde incorporó medidas socioliberales aceptando el sistema capitalista. Logró construir el Estado del Bienestar en Europa con un amplio consenso.

Posteriormente, surgirá la llamada socialdemocracia renovada o tercera socialdemocracia, culminada con la incorporación de la Tercera Vía de Tony Blair en el seno del sistema capitalista, surgida del ideario del sociólogo inglés Anthony Giddens, con políticas neoliberales y usando el Estado como una empresa de escasa intervención económica. Estas últimas concepciones constituyeron en mi opinión la derechización y posterior muerte de la socialdemocracia en una incorporación de políticas socioliberales, primero, y neoliberales, después. Estas dos últimas concepciones, la clásica y la renovada, especialmente esta última, ya no es socialdemocracia, aunque han mantenido esta etiqueta, lo que ha llevado a su denigración.

Comparto con Agustín Basave la necesidad de construir una cuarta socialdemocracia abandonando la política neoliberal, pero él quiere que esa nueva socialdemocracia se parezca más a la segunda mientras que yo pienso que debe parecerse más a la primera. La socialdemocracia debe volver a la izquierda del tablero político, que no al centro-izquierda — ni mucho menos a la extrema izquierda . En una suerte entre la primera y la segunda socialdemocracia, pero más parecida a la primera con planteamientos del siglo XXI. Una nueva socialdemocracia más parecida a Bernie Sanders o a las políticas de José Mujica que al neoliberalismo de Tony Blair.

Políticas medioambientales y verdes, de diversidad y contra la desigualdad, con la idea de construir un modelo de democracia directa o participativa, aplicando impuestos al capital y resolviendo el problema global de la manipulación informativa. Algunas ideas que Basave refleja de manera lúcida y que su aplicación resultaría una revolución, ya que a día de hoy aplicar un programa socialdemócrata resulta algo revolucionario.

Así mismo, se requiere la necesidad de mantener un pie dentro de las instituciones y otro fuera, en la calle. Si se mantienen los dos pies dentro lo que ocurre es que la izquierda se derechiza.

Basave arguye unas conclusiones de lo que debe ser la cuarta socialdemocracia y lo que debe perseguir. Conclusiones que comparto. Debe haber dos objetivos, uno a medio plazo y otro a largo plazo. A medio plazo: hay que reformar el poder y dar más peso al Estado en la economía, subordinando el poder económico al político. Intervención estatal para controlar los excesos del mercado, reforzando el Estado del Bienestar. Llevando a cabo las nacionalizaciones pertinentes si se requieren y ampliando la democracia. A largo plazo: construir una nueva civilización isocrática y poscapitalista. Es decir, acabar con el capitalismo. Crear una nueva civilización rompiendo paradigmas, como diría Basave.

Finalmente, recomiendo leer el libro de Agustín Basave, el cual que me ha ayudado a terminar este artículo: La cuarta socialdemocracia (2015).

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