Parece ser que nos creemos que el Islam es la única religión donde existen extremistas radicales, pues bien, esto no es así. Desde los inicios de la historia las religiones han tenido variantes fanáticas y extremistas.
Desde el Islam, el yihadismo es su expresión más sanguinaria y macabra. Un radicalismo extremo e incapaz de negociar, que se ha llevado la vida de miles de personas desde hace décadas.
En el judaísmo también existe el radicalismo, en julio de 2015 un extremista judío atacó a un grupo de personas que participaban en una marcha a favor del matrimonio homosexual.
Y como no, el cristianismo. El cristianismo, como todas las religiones, tiene muchos aspectos denigrantes, retrógrados y racistas.
El Ku Klux Klan, una organización terrorista de extrema derecha y ultra católica que asesinaba y perseguía especialmente a los afroamericanos. Hoy en día, el Ku Klux Klan sigue existiendo, en forma de pequeños grupos de simpatizantes.
Sin irnos más lejos, el 22 de julio de 2011, Anders Breivik asesinó a 77 personas en Oslo, Noruega. El terrorista colocó una furgoneta bomba en el edificio del primer ministro y posteriormente se dirigió a la isla de Utoya, disfrazado de policía, donde disparó contra cientos de jóvenes en el campamento juvenil del Partido Laborista. Hoy condenado a 21 años de prisión. Breivik era un personaje ultra cristiano, islamófobo y de extrema derecha.
Y como no, aunque sin acciones criminales conocidas, el Opus Dei. Una institución perteneciente a la Iglesia Católica, con ideas ultra católicas, que por casualidad me tiene bloqueado en su cuenta de Facebook, desde aquí les envío un saludo. Se trata de una secta, donde se practica la auto mutilación y el lavado de cerebro para adoctrinar a sus "victimas", entre otras muchas locuras.
En general, todas las religiones tienen su variante extremista y fanática. Pero por muchos casos recientes de yihadismo, el Islam se está llevando todas las ostias, por decirlo de alguna manera.
Moraleja: Cree lo que tu quieras creer, pero que no se te ocurra adoctrinar al resto, y menos a tus hijos. Vive tú solo en la ignorancia.
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