jueves, 9 de junio de 2016

La nueva socialdemocracia


La vieja socialdemocracia se ha vuelto socioliberal. Se ha vendido al liberalismo y al neoliberalismo económico. 

Los partidos que se autodefinen socialdemócratas y liberales, definitivamente mienten. El socialismo democrático no es compatible con el liberalismo. Es el caso del partido Ciudadanos, cuyo líder en 2008 decía que su partido era "liberal, socialdemócrata de centro izquierda", es decir, una amalgama sin sentido, cuyo único fin de dichas declaraciones era abarcar el mayor número de votos de todos los sectores.

El PSOE, tras acercarse al neoliberalismo en el 86, y perder lo poco que le quedaba de socialdemócrata, tras su respuesta a la crisis económica de 2008, ha ocupado el campo del socioliberalismo. En esta campaña electoral intentaran adueñarse de la etiqueta de socialdemócratas, pero solo será eso, etiqueta. Sus actos son totalmente contrarios.

La socialdemocracia es la herramienta que consigue la igualdad social, la justicia social e igualitaria, la defensa de nuestro planeta y del medio ambiente, la ayuda a los más desfavorecidos, la participación ciudadana en asuntos de gobierno, y el progresismo como vía de evolución, entre otras. A día de hoy, el único partido de España que representa a la socialdemocracia es Podemos, y no por la etiqueta, sino por los hechos.

La vieja socialdemocracia ha intentado modificar y llevar hacia el neoliberalismo la realidad socialdemócrata, con lo que han conseguido tener una mala imagen. Por ejemplo, al impulsar la Tercera Vía que la lleva directamente al liberalismo. La socialdemocracia real aboga por un intervencionismo económico democrático. Acabando progresivamente con el capitalismo para construir un sistema más justo. Defiende unos servicios públicos de calidad, dando mucho hincapié en una sanidad y educación pública, universal y de calidad. Es ecologista y defiende el medio ambiente, potenciando el uso de energías renovables. Lleva al pueblo a una mayor participación en los asuntos de Estado. Defiende el Estado laico y de progreso, con impuestos progresivos donde los que más tengan aporten mayores impuestos. Defiende una Seguridad Social donde se contrarreste la pobreza con ayudas al desempleo, jubilación, etc. Apoya el multiculturalismo y se aboga por una política exterior que defienda la democracia, la paz y los Derechos Humanos. Las etiquetas no valen, valen los actos.

La vieja socialdemocracia ya no es creíble. Ya no representa a la izquierda. Ha nacido una nueva socialdemocracia. Es hora de recuperar lo que no usan, a través de actos, y que no se escondan detrás de unas etiquetas cuando realmente pretenden aplicar políticas neoliberales.

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