martes, 20 de octubre de 2015

Un consejo: Nunca os calléis lo que pensáis



La gente es tonta. Opinar sin saber es algo que solemos hacer todos alguna vez en la vida, pero el que opina sin saber reiteradamente, es tonto, que alguien se lo diga.

Juzgar sin conocer es como arbitrar un partido de fútbol sin entender dicho deporte. Hablan de democracia, y supuestamente la defienden intentando acallar a alguien que no piensa como tú. Los más cercanos a tu forma de pensar son a veces los más idiotas.

Democracia y libertad van de la mano. La libertad de expresión va integrada dentro de la libertad. Criticar, opinar de que algo no te gusta, que no ves con buenos ojos e incluso atacar de manera agresiva con tus argumentos es libertad de expresión, guste o no. La libertad de expresión solo conoce el límite de lo antidemocrático, la amenaza y los insultos graves dirigidos directamente contra alguien. El resto es libertad.

Un día un profesor me dijo: "El pensamiento es libre, la palabra no" Es cierto, pero a la vez no. Hagamos que la palabra sea igual de libre que el pensamiento. No tengamos miedo a opinar o hablar y decir lo que nos salga de nuestros santos cojones. Hablar, opinar, expresar lo que piensas y de la forma que lo piensas sobre un asunto es libertad, y a quien no le guste que se busque otro país porque aquí no cabe.

A mi me han llamado de todo, y no me importa, es su libertad de expresarse. Cuando me dicen "Ya verás cuando se metan con algo que te duela o te insulten" Yo respondo, el que se ofende es porque quiere. Ignorar es la mejor arma.

No hay que callarse nunca nada, si quieres decir algo dílo, no hay que dejarse intimidar por nada ni por nadie, si lo que de verdad nos hace libres es que podemos decir lo que nos salga de los huevos y a quienes les moleste es porque seguro que tienen que callar más que nosotros. Ningún extremista radical nos acallará con sus bombas o sus tiros, no hay miedo. Ni tampoco miedo a políticos, periodistas, profesores o compañeros que nos digan como debemos actuar, al ser humano de hoy no se le a de decir como debe actuar. Al igual que podremos decir lo que queramos y donde queramos lo que nos de la gana sin que, por ejemplo, un profesor nos intente sancionar por "cagarnos en dios", estamos en un país libre y me cagaré en dios cuando y las veces que me salga de la punta del rabo y a quien le moleste que se ponga tapones, o simplemente que ignore. Podrán atacarnos, podrán matarnos, podrán amenazarnos, pero siempre tendremos la libertad de nuestro lado.

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