lunes, 30 de mayo de 2016
En las entrañas del "Cibercalifato"
Daesh ha encontrado en la red un escondrijo. Ante la pasividad de unas redes sociales durmientes o tal vez llena de vacíos legales. Usan las redes como herramienta de trabajo, propagación y reclutamiento.
Que fácil es encontrar a las ratas. Twitter está plagando, y lo veo de primera mano. En apenas dos días he conseguido que Twitter cierre alrededor de 10 cuentas relacionadas con Daesh. Con ello he conseguido también algún que otro bloqueo y algún que otro mensaje. Reportando y denunciando públicamente estas cuentas logras que las bloqueen. Seguro que se hacen otra cuenta, pero ya le estás plantando cara.
El mensaje es claro. Es una lucha que nos ha de unir a todos. Una lucha contra la sin razón. El movimiento de estas ratas por Internet es vertiginoso. Una profesionalidad de persuasión y control tremendo.
En mi viaje por estas cuentas he encontrado desde usuarios que lanzan mensajes del deseo de colgar la bandera negra en la Estatua de la Libertad, hasta imágenes grotescas de víctimas. La dificultad de encontrar y eliminar cuentas por parte de las redes sociales es notoria, y ellos lo saben. Han conseguido adueñarse de buena parte de ellas. Por ello, es más que necesaria la participación ciudadana. La denuncia de estas cuentas.
Me ha sorprendido la cantidad de cuentas femeninas. La forma por la que logran camelar y engañar a estas chicas está muy bien preparada. Buscan todos los medios para atraer a las mujeres y aumentar su ejército. En general, todos están muy bien engañados. Cerrados en su idea del paraíso eterno tras la muerte, y camelados por la promesa de una vida con un buen sueldo y poder.
Lo que más me sorprende de todo es el miedo que sienten. Sus bloqueos expresan miedo. Intentan dar una imagen de terror al mundo, pero los que más miedo tienen aquí son ellos.
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